El poder de la fotografía

Dice la prestigiosa fotógrafa australiana Anne Geddes (1960) que «las mejores imágenes son aquellas que retienen su fuerza e impacto a través de los años, a pesar del número de veces que son vistas». Y sin duda una de las fotografías más impactantes e influyentes de la historia reciente es la conocida como la «niña del napalm«, efectuada por el fotógrafo vietnamita canadiense de la Associated Express Nick Út (1951) que cubría la guerra de Vietnam en la zona. En la foto puede verse cómo varias personas corren horrorizadas después de que varios aviones estadounidenses bombardearan con bombas de napalm la aldea de Trang Bang el 8 de junio de 1972. Entre ellas corría abrasada, desnuda y con horrible dolor la niña Kim Phùc (1963). Aunque sus primos fallecieron en aquel ataque, finalmente ella misma salvaría la vida después de muchas dolorosas operaciones. Las circunstancias eran tan horrorosas que los fotógrafos pusieron todo su corazón en ello. Como escribió Henri Cartier Bresson (1908-2004), prestigioso fotógrafo francés:

«Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje. El fotógrafo no puede ser un esperctador pasivo, no puede ser realmente lúcido si no está implicado en el acontecimiento«.

La fotografía causó un tremenso impacto en la opinión pública mundial porque pudo verse cómo el horror de la guerra se ensañaba con toda clase de personas incluidos niños inocentes. A partir de entonces las manifestaciones contra la guerra de Vietnam se multiplicaron en todo el mundo hasta que finalmente los políticos responsables de su mantenimiento propiciaron su final, después de 3.000.000 de vietnamitas muertos, 58.159 y más de 1.700 desaparecidos estadounidenses. Sin duda fue Vietnam quien pagó el más alto precio en vidas humanas y sufrimiento. No es extraño que se diga que «una imagen vale más que mil palabras«. En este caso, aquella imagen conmocionó tanto a la opinión pública mundial que puso fin definitivamente a la guerra de Vietnam.

Hoy día es tan grande el número de fotografías que se suben a las redes, que son muy pocas las que pueden llamar la atención sobre asuntos vitales. Pero hay que reconocer que la fotografía sigue siendo muy importante a la hora de llamar la atención o de despertar a la opinión pública.

Fotografía contra la injusticia

Esta es Anna Politkovskaya (1958-2006). Nació en Estados Unidos porque sus padres trabajaban en las Naciones Unidas, pero creció un Moscú y se graduó en periodismo en 1980. Su amor por la justicia y la transparencia periodística la llevó a convertirse en una periodista de investigación que descubrió la corrupción estatal y los abusos de derechos humanos, especialmente en Chechenia. La fotografía la muestra como una mujer inteligente, valiente y con gran determinación. Pero sus enemigos procuraron acabar con su vida. La primera vez intentaron envenenarla pero sobrevivió. Sin embargo, Anna murió a la edad de 48 años el 7 de octubre de 2006, el día del 54º cumpleaños del presidente Vladimir Putin, tiroteada por unos asesinos en el portal de su misma casa. Su muerte provocó indignación internacional y acusaciones de que las autoridades rusas estaban implicadas, pero el gobierno de línea dura de Rusia ha negado siempre cualquier implicación.

Varios años después, sus asesinos fueron condenados con pruebas evidentes en el juicio, pero quienes asistieron testifican que poco antes del veredicto se reían jocosamente y sin conciencia alguna. Esta foto de Anna muestra tanto su humanidad como su dignidad y amor por la justicia. Se tiene la sensación de que si volviera a vivir ella sería la misma de siempre. Descanse en paz y que su recuerdo permanezca para siempre en el corazón de todos los seres humanos de buena voluntad.

Esta icónica fotografía es de Dorothea Lange (1895-1965), fotoperiodista que registró los efectos perversos de la Gran Depresión en Estados Unidos. Se muestra a Florence Owens Thompson, de 32 años y madre de 7 hijos, en Yosgard, condado de San Luis Obispo, California, Estados Unidos, (marzo de 1936). Ilustra la desesperación e incertidumbre de una madre en plena crisis económica. Es una fotografía testimonio, sin duda, pero también hay que decir que tiene mucho de denuncia, de cuán difícil es hacer predicciones sobre los vaivenes de la economía debido a menudo a la especulación egoísta de personas e instituciones financieras sin escrúpulos. Cuando una debacle económica tiene lugar, son siempre los más débiles y vulnerables los que más la padecen. Desde el año 2008 se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente el 7 de octubre. Pero siendo más próximos y realistas, según informa constantemente Cáritas, siguen siendo atendidas en España miles de familias en sus necesidades más básicas, aunque en muchas de ellas por lo menos uno de sus miembros trabaja con un sueldo que no es suficiente.

El fotógrafo estadounidense, Lewis Wickes Hine (1874-1940), humanista profundamente sensibilizado con los más desfavorecidos, fotografió la difícil y mísera vida de los emigrantes en Estados Unidos, así como sus duros trabajos en la construcción y en las fábricas, incluso niños. Esta fotografía se llama «Spinner» (niña hilandera), tomada en Fall River, Massachusetts, en 1916. De ahí que Wickes escribiera que «la fotografía puede iluminar la oscuridad y exponer la ignorancia».

Fotografía como historia

El fotógrafo Henri Cartier-Bresson era casi un desconocido cuando hizo esta fotografía de Gandhi poco tiempo antes de que fuera asesinado. Fue testigo presencial no solo de su asesinato sino también de los rituales funerarios que siguieron después. En la foto Gandhi dicta un mensaje, justo después de romper el ayuno para intentar evitar los tumultos violentos. Birla House, Delhi, India (1948), Henri Cartier-Bresson. © Henri Cartier-Bresson/Magnum Photos.

En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, y sin previo aviso, se construye un muro que dividiría en dos la ciudad de Berlín. La obra quedó completa en una sola noche. Usaron determinación y fueron industriosos. El muro medía más de 120 kilómetros de largo.

La población, absolutamente perpleja, no daba crédito a lo que estaba viendo. De manera súbita se habían cortado todos los medios de transporte y comunicación, y miles de familias quedaron separadas entre un lado y otro de la ciudad sin saber si algún día podrían volver a ver a sus familias. La razón esgrimida por las autoridades comunistas fue que era un «muro de protección antifascista» para proteger a la RDA contra la inmigración, la infiltración, el espionaje, el sabotaje, el contrabando, las ventas y la agresión de los occidentales». Pero nadie pudo impedir que a aquello se le llamara «el muro de la vergüenza«. Los berlineses del este se sienten súbitamente presos como si estuvieran en un campo de concentración.

  • El 11 de junio de 1963, el monje budista Thich Quang Duc se inmola en un cruce de Saigon como protesta por el ataque a la libertad de credo en Vietnam. El periodista David Halberstam, testigo de lo sucedido, escribió:

«Estaba demasiado horrorizado para llorar, demasiado confundido para tomar notas o hacer preguntas, demasiado desconcertado incluso para pensar… Mientras se quemaba no movió ni un músculo, no pronunció ni un sonido, su compostura contrastaba con los lamentos de las personas a su alrededor».

El presidente John F. Kennedy llegaría a decir, «ninguna otra fotografía en la historia de la prensa ha generado tanta conmoción en el mundo como esta».

Mayo del 68. Dani «el rojo» dialogando con un policía anti disturbios frente a la Sorbona. Se convirtió en todo un referente en las manifestaciones. La foto fue tomada por Georges Melet para el Paris Match. Daniel Cohn-Bendit desencadenó las manifestaciones de mayo del 68 con lemas como «hagamos el amor y no la guerra», «debajo de la calle está la playa» o «seamos realistas, pidamos lo imposible«. Aunque mayo del 68 ha gozado siempre de mucha simpatía por mucha gente debido a su idealismo, no todos están de acuerdo. Por ejemplo, el filósofo británico Roger Scruton (1944-2020) especializado en filosofía política escribió:

«De pronto me di cuenta de que estaba en el otro bando. Lo que vi era una horda desorganizada de hooligans de clase media. Cuando pregunté a mis amigos qué querían, qué estaban tratando de conseguir con aquello, todo lo que me respondían era un ridículo galimatías marxista. Estaba ofendido por eso, y pensé que debía haber una forma de defender la civilización occidental de esas cosas. Fue entonces cuando supe que quería preservar el sistema en lugar de cambiarlo”.

La noche del 20 de agosto de 1968, tropas del Pacto de Varsovia (6.500 soldados y tanques) invadieron Checoslovaquia imponiendo con represión sangrienta un gobierno títere pro soviético. Los líderes soviéticos pensaron que la resistencia checa duraría sólo cuatro meses, pero en realidad habría de durar ocho. La represión causó la muerte a unas 100 personas y hubo 266 heridos graves, entre ellos la muerte por inmolación propia de Jan Palach, Jan Zajíc y Evžen Plocek. Esta fotografía impresiona porque muestra no sólo la sorpresa y estupor de la población de Praga, sino su deseo de intentar razonar con la fuerza bruta, con el absurdo y la sinrazón. Es la luz contra la oscuridad, es dejar bien claro aquello de «venceréis pero no convenceréis«.

El 5 de junio de 1989, el «rebelde desconocido» detiene por cerca de media hora a una columna de tanques durante la Revuelta de la Plaza de Tiananmen en la que se pedían libertades democráticas en China. Según la revista Time, es una de las mejores 100 fotos de todos los tiempos. Está prohibida en China pero la conoce ya el mundo entero. El fotógrafo fue Jeff Widener quien estaba apostado en una ventana del sexto piso del hotel Beijing un día después de la masacre de la plaza de Tiananmen. Nadie sabe con exactitud qué fue de aquel joven valiente, aunque las autoridades chinas afirman que «no se le mató».

Aquel heróico reclamo popular fracasó y en el momento de escribir estas líneas seguía sin haber democracia en China. Ilustra que si el que tiene el poder real (la sartén por el mango) no quiere, los derechos humanos no podrán ser nunca una realidad para la gente.

Fotografía como arte

Esta es Vivian Maier (1926-2009), una niñera de los años 1950 que hacía fotografías en sus ratos libres. Tenía un talento único e innegable para la fotografía, que guardaba sólo para sí misma. Trabajó como niñera durante toda su vida y tenía que cambiar de familia siempre que los niños crecían y ya no eran necesarios sus servicios. Pasó necesidad económica sobre todo en los últimos años de su vida. Al final falleció en una residencia sin que miles de negativos estuvieran sin revelar debido a que no tenía suficiente dinero. Después de que ya había fallecido se descubrieron más de 100.000 de sus negativos en una subasta. Se dice que es «posiblemente la fotógrafa callejera más importante del siglo XX«. Aunque pudiera parecer difícil encontrar belleza significativa en las calles llenas de gente, Vivian tenía un sexto sentido para verla. Ilustra cómo a veces hay personas que necesitan desempeñar un trabajo específico «por razones alimenticias» pero tienen una pasión y talento que nadie más ha descubierto. Las fotografías que siguen son solo algunos ejemplos de su arte y buen hacer.

Chicago, 16 de agosto de 1956.

Nueva York, 1953

Biblioteca de Nueva York, 1954

Lena Horne, 30 de septiembre 1954

Canadá, 1958

Florida, 7 de abril 1960

 New York, abril de 1953

Nueva York, 1950

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Otro de los llamados fotógrafos callejeros fue Saul Leiter (1923-2013). Nacido en  Pittsburgh, Pennsylvania iba camino de convertirse en un Rabino judío hasta que su madre le regaló su primera cámara cuando tenía 12 años. A los 23 años decide hacerse artísta tanto pintor como fotógrafo y se muda a Nueva York. Tuvo un reconocimiento tardío. Era un hombre sin grandes pretensiones pero con gran talento y sensibilidad. Tenía un estilo innovador y en 1948 empezó a realizar fotografías callejeras en color. También trabajó para revistas de moda de mucho prestigio. 

Para comprender su mentalidad nada mejor que reflexionar sobre sus bellas palabras:

«No veo ninguna razón para tener prisa en la vida. Prefiero haberle importado a una persona que me importara a mí que haber tenido éxito… una ventana cubierta de gotas de lluvia me interesa más que fotografiar a una persona famosa«.

Estas son algunas de sus obras a color: 

Postmen, 1952 © Saul Leiter. Cortesía de Howard Greenberg Gallery, New York photography.

Saul Leiter, Nueva York años 1950
Saul Leiter. Straw Hat, ca. 1955. © Saul Leiter. Cortesía de Howard Greenberg Gallery, New York

Saul Leiter. Straw Hat, ca. 1955. © Saul Leiter. Cortesía de Howard Greenberg Gallery, New York

Saul Leiter. Phone Call, ca 1957 © Saul Leiter. Cortesía de Howard Greenberg Gallery, New York
Saul Leiter Phone Call, ca. 1957 © Saul Leiter Courtesy: Saul Leiter, Howard Greenberg Gallery, New York.

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Harlem,1960 © Saul Leiter / Cortesía de Howard Greenberg Gallery, Nueva York

Saul Leiter, Jay, 1958

Saul Leiter, Red Umbrella, 1955

Saul Leiter, Taxi, 1957

Saul Leiter, Jean Pearson, 1948

Saul Leiter, Soames Bantry, for «Harper’s Bazaar,» New York City 1960

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El talento de este jóven fotógrafo, Erik Witsoe, salta a la vista nada más contemplar el vigor de sus fotografías. Nació y se crió en Seattle, Estados Unidos, pero en 2011 se trasladó a Polonia. Ahora vive en Varsovia. Su enfoque de la fotografía está inspirado en gran medida en el cine. Su trabajo ha aparecido en las páginas de muchas revistas, libros y artículos, así como en exposiciones y obras impresas. Su libro de fotografías «Okiem przybysza» ganó el tercer puesto en la National Review of Books de Polonia, en la categoría de libros sobre turismo. El encanto de las fotografías de Witsoe reside en abrirnos los ojos a la belleza sencilla que normalmente pasamos por alto en nuestras actividades diarias. Lo que sigue es sólo una muestra de algunas de sus obras maestras:

La fotografía es sin duda un poderoso instrumento para informar o hacer reflexionar. Pero como cualquier otro medio puede usarse bien o terriblemente mal. No debería usarse por ejemplo para falsificar noticias o sacarlas fuera de contexto; no debería usarse tampoco para revelar la vida privada de las personas sin su permiso ni para vejar el buen nombre o dignidad de nadie. Pero por otro lado, una buena fotografía puede traer verdadera luz a aquello que está oculto pero que merece la pena que se conozca; y si además es impactante su efecto pedagógico puede mover corazones de un modo muy positivo. Como dice Josef Koudelka (1938), fotógrafo checo nacionalizado francés, Caballero de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia, “una buena foto es la que no puedes olvidar”.

Esteban López

7 comentarios sobre “El poder de la fotografía

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  1. Oportuna su nota sobre el poder de la fotografia. Aunque la foto de la niña en vietnam produjo los importantes resultados que ud anota para esa guerra, la humanidad olvida rápido. En la actualidad se repiten esos y peores oprovios de crueldad e injusticia y pareciera que las experiencias pasadas no sirven.

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  2. Estoy en el trabajo, y me veo leyendo tu artículo. Puedo pasarme minutos leyendote, y entonces comprendo que también es porque siempre veo las imagenes que pones, tengo varias en la memoria y agradezco esa parte de arte que agregas a tus escritos. Bendiciones.

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