Jeffrey Wigand Vs. Brown & Williamson

Jeffrey Wigand

El 4 de febrero de 1996 el programa «60 Minutes» de la cadena estadounidense CBS emitió una entrevista que dejó en estado de shock a todo el país. Se trataba del doctor Jeffrey Wigand, anterior vicepresidente de investigación y desarrollo de la empresa tabacalera Brown & Williamson.

En la entrevista Wigand alegó que la empresa tabacalera había introducido productos químicos como el amoniaco en los cigarrillos para aumentar la nicotina e incrementar la adicción de los consumidores. Algunos de los productos utilizados fueron diseñados para «reforzar el impacto», y el uso de productos químicos como el amoniaco mejoraba la absorción de la nicotina en los pulmones, afectaba al cerebro y al sistema nervioso central de una manera más rápida. Fue un intento deliberado de aumentar la adicción a los cigarrillos, una verdadera política criminal interesada solo en incrementar las ventas de tabaco sin importarle en absoluto el daño que pudiera causar en la salud pública. Dicen que «el infierno está lleno de gente que tenía buena intención«. Pero, ¿dónde aparece la buena intención aquí? No es de extrañar que se diga que el derecho en este mundo es necesario, porque siempre habrá entre nosotros los humanos conflictos de intereses, y porque, como dice el profesor de Derecho Romano de la UNED, Manuel García Garrido (1928) «este mundo no está precisamente habitado todo él de ángeles inmaculados». Y es innevitable también que vengan a la memoria las palabras de Eclesiastés 8:9, según la versión  Dios Habla Hoy (DHH), «Todo esto he visto al entregarme de lleno a conocer lo que se hace en este mundo y el poder que el hombre tiene de hacer daño a sus semejantes».

Jeffrey Wigand había sido despedido el 24 de mayo de 1993 por diferencias con el director general de la empresa. Sus investigaciones y recomendaciones para enmendar la situación habían sido ignoradas y censuradas metódicamente. A pesar de tener un contrato de confidencialidad impuesto por la empresa para que se mantuviera en silencio, al final decidió hablar. Necesitó mucho valor porque su decisión le costó la ruina de su vida personal además de recibir amenazas de muerte. Sin embargo, su acción llevó a que cuarenta estados presentaran una demanda médica contra la industria del tabaco que dio lugar a una liquidación de 368.000 millones de dólares en daños y perjuicios relacionados con la salud. El caso también sacudió los cimientos y credibilidad de la cadena de televisión CBS debido a las presiones recibidas por parte de la industria del tabaco.

El caso Jeffrey Wigand Vs. Brown & Williamson muestra cuán importante es que la gente esté bien informada sobre lo que puede beneficiarle o no, y que tiene todo el derecho a saberlo; también de lo vital que es que exista un periodismo responsable cuya labor primordial debería ser siempre descubrir aquello que está ahí pero que no se ve; o lo que es lo mismo, descubrir, amar y adherirse a la verdad sin partidismos ni prejuicios de ninguna clase, aspecto vital en el código deontológico de la profesión si es que se la quiere tomar en serio. Porque como escribió Václav Havel (1936-2011), escritor, dramaturgo y político checo:

La primera pequeña mentira que se contó en nombre de la verdad, la primera pequeña injusticia que se cometió en nombre de la justicia, la primera minúscula inmoralidad en nombre de la moral, siempre significarán el seguro camino del fin”. 

Actualmente Jeffrey Wigand ocupa su tiempo y esfuerzo en dar charlas alrededor del mundo, como un testigo y consultor experto en varios temas relacionados con el tabaco, y en su organización sin fines de lucro, SMOKE-FREE KIDS, Inc., donde concentra sus esfuerzos en alejar a los jóvenes y niños del hábito de fumar.

Su experiencia personal fue llevada al cine por el direcctor Michael Mann e interpretada por Russell Crowe y Al Pacino. El film «The Insider» (El Dilema), absolutamente recomendado.

Esteban López 

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