Se encontraba en una barca cuando la enseñó a una multitud que le escuchaba desde la playa. La gente podía escucharle sin problemas porque el agua transmite muy bien el sonido de la voz humana. Forma parte del bagaje espiritual de Jesús de Nazaret. La enseñó, no para que solo los niños la conocieran y colorearan en cuadernos de pintura, sino para ilustrar hasta qué grado se recibiría su mensaje de pleno sentido y esperanza en el corazón de la gente y hasta qué grado se vería su importancia. Es la parábola del sembrador y así dice:
«Las semillas que cayeron entre piedras representan a los que oyen el mensaje del reino de Dios y lo aceptan rápidamente y con gran alegría. Pero como no entendieron muy bien el mensaje, su alegría dura muy poco. Cuando tienen problemas, o los maltratan por ser obedientes a Dios, en seguida se olvidan del mensaje.
«Luego están las semillas que cayeron entre los espinos. Estas semillas representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que este cambie sus vidas. Sólo piensan en lo que necesitan y en cómo hacerse ricos.
«Finalmente, las semillas que cayeron en buena tierra representan a los que oyen y entienden el mensaje. Estos sí cambian sus vidas y hacen lo bueno. Son como esas semillas que produjeron espigas con cien, con sesenta, y hasta con treinta semillas» (Mat. 13:20-23), Traducción en Lenguaje Actual, TLA.
La parábola del sembrador pone de relieve que las semillas del Evangelio del reino de Dios caen sobre distintas clases de terrenos, distintas disposiciones del corazón humano. Es una parábola que aplica solo a personas, no a organizaciones religiosas o iglesias. Dios no salva «iglesias» automáticamente, salva a personas. La relación con Dios es personal e intransferible como lo es la salvación, y no depende de la pertenencia o no a alguna denominación, porque es solo Dios quien conoce de verdad el corazón.
Las semillas pueden caer sobre piedras, es decir, pueden oírse e incluso aceptarse al principio con alegría, pero cuando vienen problemas o pruebas, sencillamente se olvidan.
Luego se menciona que esa semilla puede caer sobre espinos, es decir, que muchos oyen el mensaje cristiano, les hace gracia, pero no lo consideran un asunto serio, y solo se dedican a vivir para ellos o a ganar cuanto más dinero mejor.
Por otro lado, se puede haber estado también en alguna religión por muchos años, pero al final no haber entendido nada en absoluto del sentido impulsor y positivo del evangelio. Aunque es cierto que no ocurre en todos los casos, en ocasiones para algunas personas el cristianismo deja de ser referencia seria o como modo de cultivarse día a día en una relación personal con Dios. Pueden llegar, por ejemplo, a perder toda referencia moral, lo que lleva también a perder toda esperanza, algo que podría seguir impulsando el corazón para toda obra buena y mirar al futuro sin desfallecer. La semilla del reino de Dios había hecho lo que había podido, pero al final no habría logrado arraigarse con fuerza en sus vidas ni darles sentido y esperanza.
Pero también muestra la parábola que esa semilla puede caer en tierra de calidad, y que puede ocurrir otra cosa bien diferente: que a pesar de las pruebas, sean del tipo que sean, la semilla dé el mejor fruto, haciendo que sus buenos impulsos hagan de lo bueno y lo recto la mejor referencia por la cual vivir.
Dice Jesús también que el reino de Dios es como un tesoro valioso o una perla de gran valor. Y que cuando alguien reconoce su importancia, «lo vende todo» para poder obtenerlo a toda costa. Quien obra así es porque ha captado profundamente su sentido y se ha enamorado completamente de su forma de ser y de la esperanza que transmite.
Por ejemplo, los dos discípulos que sin darse cuenta trataron con Jesús cuando iban camino de Emaus, percibieron que mientras él les aclaraba las Escrituras, su corazón «ardía«. Es posible que ese fuera el sentir de muchas personas cuando por primera vez oyeron acerca de las buenas nuevas del reino de Dios, pero que hoy ese fuego, esa alegría, se haya apagado completamente debido a pruebas diversas. Pero hay que permitir que el corazón vuelva a «hervir», que sepa apartar los escollos y vuelva a sentir el gozo de obtener los buenos frutos y la mejor esperanza.
La semilla se plantó en cierto día, quizá hace mucho tiempo. Pero es posible que pudiera merecer la pena cuidarla de nuevo y darle una oportunidad, porque es casi seguro que florecerá, que podrá producir lo mejor de un modo más maduro y en enorme cantidad.
Esteban López
Estupendo tus comentarios Esteban, realmente me gusto tu aplicación y remarco esto que escribiste:
¨Pero hay que permitir que el corazón vuelva a “hervir,” que sepa apartar los escollos, y vuelva a sentir el gozo de los buenos frutos y de la esperanza.¨
¨La semilla se plantó en cierto día, quizá hace mucho tiempo. Pero es posible que pudiera merecer la pena cuidarla de nuevo y darle una portunidad, porque es casi seguro que florecerá, que podrá producir lo mejor de un modo más maduro y en enorme cantidad.¨
(Mateo 13: 13-15)
¨Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. Y en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice: AL OIR OIREIS, Y NO ENTENDEREIS; Y VIENDO VEREIS, Y NO PERCIBIREIS; PORQUE EL CORAZON DE ESTE PUEBLO SE HA VUELTO INSENSIBLE Y CON DIFICULTAD OYEN CON SUS OIDOs Y SUS OJOS HAN CERRADO, NO SEA QUE VEAN CON LOS OJOS, Y OIGAN CON LOS OIDOS, Y ENTIENDAN CON EL CORAZON, Y SE CONVIERTAN, Y YO LOS SANE.¨
Aquí Jesus expone una realidad, que no todos tienen la disposición a ver y escuchar. A sus discípulos se les había dado el gran privilegio de entender lo relacionado con el Reino de los Cielos, pero a otros no. ¿Dónde estaba la cuestión? En el corazón de cada uno.
Citando al profeta Isaias enseño como el corazón se puede volver insensible, con el resultado de cerrar los oídos y los ojos.
Hebreos 3: 7,8 muestra como lo mismo les había pasado a sus antepasados: 7Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: SI OIS HOY SU VOZ, NO ENDUREZCAIS VUESTROS CORAZONES, COMO En la PROVOCACIon, COMO EN EL DIA DE LA PRUEBA EN EL DESIERTO.
Cuando nos lastimamos, nos quemamos, en reiteradas oportunidades, la piel se queda insensible, perdemos la ¨sensibilidad¨, y quizás, por ejemplo estemos frente al fuego en nuestra cocina, con la mano sobre la hornalla, y no nos demos cuenta de que nos estamos quemando, hemos perdido ese mecanismo de aviso y protección. Nos estamos haciendo daño y no nos damos cuenta o, si por dentro lo sabemos, no nos importa. ¡Que triste situación!
¿Cómo llegamos quizás a esa condición? Pueden ser obviamente por causas variadas; pero es el ejercicio de nuestra propia voluntad lo que lo produce. El dolor extremo, el desengaño, otros intereses, el orgullo, la falta de aprecio sincero por la Palabra de Dios, etc.
En los versículos 44 al 46 tenemos las parábolas del tesoro escondido y la perla de gran valor. Cuando existe aprecio sincero, cuando valoramos lo encontrado, hasta en las relaciones de familia es aplicable, lo damos todo. Jesus busca a personas que sean asi.
Sus discípulos tenían un corazón receptivo. Ahora recuerdo las palabras de Cristo a su Padre registradas en Juan 17: 6, allí le oro a su Padre: He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; eran tuyos y me los diste, y han guardado tu palabra.
Aquí dijo: Eran tuyos y me los diste. ¿Significara esto que los que tienen esta inclinación del corazón son ya reconocidos por Dios, son suyos, el ya los conocía de antes? No lo se , pero es interesante. Y esto no tiene nada que ver con ubicaciones geográficas o creencias, es mucho mas profundo, tiene que ver con la ¨nata¨ de la persona, con que para Dios todos los corazones están abiertos y el los esta escudriñando.
El resultado final es como siguió diciendo Jesus: Y SE CONVIERTAN, Y YO LOS SANE.»
Esa sanación creo que tiene que ver mas con lo espiritual, que con lo físico. El nos desea sanar a nosotros también, por lo tanto no cerremos nuestros corazones.
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Hola,¿como estais?.
Bueno, haceis unos comentarios muy buenos y siempre aprendo mucho con vosotros. Ayer, como siempre, nos reunimos un grupito para leer la biblia y hacer como hacemos aquí, reflexiones. Me gusto el comentario de un compañero que al hilo de este capitulo y comentando sobre la explicacion que da Cristo a partir del versiculo 18 dijo, que aunque se reacciona de diferente forma segun en que tierra caen, lo cierto es, que en ningun caso se ve que Jesucristo condene a nadie por su reaccion, simplemente lo que hace es describir una serie de situaciones a las que las personas nos podemos enfrentar. Las personas que sí son condenadas, son las que en si mismas son cizaña, es decir hijos del maligno (vers. 27-39) y de paso como vosotros tambien decis, se pone a prueba lo que hay en el corazon de cada uno, y con el tiempo se vera, como reaccionaremos ante las diferentes circunstancias que nos sobrevengan, ya que si bien en un momento determinado parece que lo podemos hacer de una manera, luego lo podemos hacer de otra, asi que nuestro derrotero final sera lo que lo determine. Yo tambien os he decir que, de este comentario, lo que tambien pude ver, es, que antes cuando leia este capitulo, la interpretacion que se nos daba, (no se si vosotros estareis de acuerdo), era la de condenar a las personas que se asemejan a la tierra del camino, el pedregal o los abrojos, solo se salva la de la tierra excelente, sin pensar en lo que os he comentado antes que creo tambien es de tenerse en cuenta.
Deseo que esteis bien, un saludo a todos.
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