Max Planck y la física moderna

max_planckMax Karl Ernst Ludwig Planck (1858–1947). Físico alemán galardonado con el Premio Nobel de Física en 1918 «por su papel jugado en el avance de la física con el descubrimiento de la teoría cuántica». Fue colaborador y amigo personal de Albert Einstein desde que éste publicara en 1905 su teoría de la relatividad. La obra de Planck significó una verdadera revolución en la física del siglo XX y sus trabajos relacionados con el efecto fotoeléctrico logró incluso influir notablemente tanto en el propio Einstein como en otros físicos de su día. Como creador de la física moderna, Albert Einstein dijo de él: «Era un hombre a quien le fue dado aportar al mundo una gran idea creadora«. 

El orden y armonía de las leyes de la naturaleza eran el motor y estímulo para su trabajo. Albert Einstein corrobora eso cuando dijo que «el anhelo de contemplar esa armonía es la fuente de la paciencia y perseverancias inagotables con que Planck se ha dedicado a la ciencia«. Y añadió que su fuerza mental no es la de su voluntad o disciplina, sino «la de un hombre religioso o un amante; el esfuerzo diario no nace de ningún programa o intención deliberada, sino directamente del corazón«. – Max Planck,  Autobiografía científica y últimos escritos, Nivola, Madrid, 2000.

Max Planck afirmaba que la ciencia no permitirá nunca explicarlo todo, pues siempre se estará ante el misterio. «El progreso de la ciencia consiste en descubrir un nuevo misterio cada vez que se cree haber resuelto una cuestión fundamental… La ciencia es incapaz de resolver el misterio último de la naturaleza«. – A dónde va la ciencia, Losada, Buenos Aires, 1961.

Max Planck se había opuesto en repetidas ocasiones al régimen de Hitler, por eso tuvo que abandonar la presidencia de la Sociedad Kaiser Guillermo. En varias ocasiones intercedió delante del régimen a favor de sus colegas judíos.

Lamentablemente su vida privada estuvo llena de desgracias. Perdió a su esposa después de 22 años de matrimonio. Varios de sus hijos murieron en circunstancias trágicas. Su hijo mayor había muerto en el frente durante la I Guerra mundial; dos de sus hijas gemelas fallecerían dando a luz, y el hijo más joven moriría debido a las horribles torturas de parte de la gestapo por estar implicado en el atentado contra la vida de Hitler. Su casa además quedó arrasada en 1944 durante un bombardeo; recogido por las tropas estadounidenses, fue trasladado a Gotinga, donde residió hasta su muerte. Quienes le conocían bien afirman que todo eso lo aceptó siempre con una sorprendente entereza. A veces la vida de los grandes hombres no ha sido en absoluto ajena al sufrimiento. Sin embargo, estas palabras suyas muestran dónde había depositado él su confianza:

«Lo que me ayuda es que considero un favor del cielo que, desde mi infancia, hay una fe plantada en lo más profundo de mí, una fe en el Todopoderoso que nada podrá quebrantar. Por supuesto sus caminos no son los nuestros, pero la confianza en él nos ayuda en las pruebas más duras». – A. Hermann, Max Planck, Centre National de la Recherche Scientifique, Paris, 1977, p.121.

max_bornY es que el estudio de la Física no ha dejado nunca indiferente a quien ha profundizado en ella. Parece que siempre conduce por derroteros que van mucho más allá. Quizá por eso, otro físico y compatriota de Max Planck escribió años después:

Estoy convencido de que la física teórica actualmente es filosofía. Ha revolucionado los conceptos fundamentales, por ejemplo, sobre el espacio y el tiempo (la relatividad), sobre la causalidad (la teoría cuántica), y sobre la substancia y la materia (los átomos). Nos ha enseñado nuevos métodos de pensar (la complementariedad), que se aplican más allá de la física«. – Max Born (1882-1970), matemático y físico alemán, Premio Nobel de Física de 1954.

Y el propio Albert Einstein escribió:

Einstein«La experiencia más bella que podemos tener es sentir el misterio… percibir que tras lo que podemos experimentar se oculta algo inalcanzable a nuestro espíritu, la razón más profunda y la belleza más radical, que solo nos es accesible de modo indirecto – ese conocimiento y esa emoción es la verdadera religiosidad«.

«La ciencia solo puede ser creada por aquellos fuertemente imbuidos de la inspiración hacia la verdad… Este sentimiento surge de la esfera de la religión… La situación puede expresarse de este modo: la ciencia sin religión está coja, la religión sin ciencia está ciega». – Albert Einstein, «Religión y ciencia, ¿irreconciliables?», en «Mis ideas y opiniones«, Antoni Bosch, Barcelona, 1980.

Algo de su pensamiento

«La verdad nunca triunfa. Simplemente sus oponentes se van muriendo».

«La Física se ocupa principalmente de las variables que varían de forma continua, mientras que la Química se ocupa principalmente de los números enteros».

«Una nueva verdad científica no suele imponerse convenciendo a sus oponentes sino más bien porque sus oponentes desaparecen paulatinamente y (son sustituidos por) una nueva generación familiarizada desde el principio con la (nueva) verdad».

«Como hombre que ha dedicado su vida entera a la más clara y superior ciencia, al estudio de la materia, yo puedo decirles que como resultado de mi investigación acerca del átomo, lo siguiente: No existe la materia como tal. Toda la materia se origina y existe sólo por la virtud de una fuerza la cual trae la partícula de un átomo a vibración y mantiene la más corta distancia del sistema solar del átomo junta. Debemos asumir que detrás de esta fuerza existe una mente consciente e inteligente. Esta mente es la matriz de toda la materia». – Palabras pronunciadas en el momento de aceptar el Premio Nobel de Física en 1918″.

«La ciencia es incapaz de resolver los últimos misterios de la naturaleza, porque en el último análisis nosotros mismos somos parte de la naturaleza, es decir, del misterio que tratamos de resolver».

«Para las personas creyentes, Dios está al principio; para los científicos, al final de todas las reflexiones».

«Entre Dios y la ciencia no encontramos jamas una contradicción. No se excluyen, como algunos piensan hoy, se complementan y se condicionan mutuamente«.

«Las ciencias de la naturaleza atestiguan un orden racional al que la naturaleza y la humanidad están sometidas, pero un orden cuya esencia íntima permanece incognoscible… Los resultados de la investigación científica… nos confirman nuestra esperanza del progreso constante de nuestro conocimiento de los caminos de la razón todopoderosa que gobierna el mundo». – Max Planck, Autobiografía científica y últimos escritos,  Nivola, Madrid, 2000.

Esteban López

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