La ciudad de Cesaréa fue construida por el rey Herodes el Grande en el año 29 antes de Cristo en honor del emperador romano César Augusto. La construyó con su propio dinero recibiendo más tarde ayuda económica del Imperio romano. Llegó a ser el asiento del gobierno oficial de Roma en Israel, donde mantenía varias legiones de su ejército de unos 6.000 hombres cada una, sólo para el pleno control de Palestina, provincia siempre proclive a revueltas contra el Imperio Romano. Era también la sede del prefecto romano y capital administrativa en la zona.
La ciudad es detalladamente descrita en la obra Guerra de los Judíos del historiador judío Flavio Josefo. Éste relata sobre la masacre de judíos que tuvo lugar allí en el año 26 debido al propósito de Pilato de colocar estandartes con el águila romana en la misma área del templo de Jerusalén, y que fue el desencadenante de la Gran Revuelta judía que llevó finalmente a la destrucción de Jerusalén en el año 70.
En las Escrituras se menciona a Cesaréa como la ciudad donde predicó y residió Felipe (Hechos 8:40; 21:8), como refugio de Pablo mientras huía camino de Tarso (Hechos 9:30), y donde Pedro convirtió al centurión Cornelio (Hechos 10). También se menciona que fue desde aquí, y después de haber comparecido ante Félix y Festo, que Pablo zarpó para Roma por haber apelado al César, ya que tenía la ciudadanía romana.
Hasta el año 1961, muchos dudaban de que Pilato hubiera existido. Pero la arqueología cambió para siempre su perspectiva. La inscripción que puede observarse aquí fue descubierta en 1961 precisamente en el teatro de Cesaréa, y es la primera que se descubre con el nombre de Poncio Pilato, prefecto (gobernador) de Judea entre los años 26 a 36 de nuestra era. Está en latín, lengua de la Roma Imperial, y dice así:
‘Tiberieum Pontius Pilatus… Praefectus Iudaicae’ (Tiberio Poncio Pilato… Prefecto de Judea)
Poncio Pilato tenía su palacio residencial en Cesaréa y solo acudía a Jerusalén para las grandes fiestas. Despreciado por los judíos (había construido un acueducto con dinero del Templo y protagonizado varias acciones sangrientas), éstos le acusan ante las autoridades romanas, es finalmente depuesto por el gobernador de Siria y enviado a Roma en el año 37.
La historia le conoce sobre todo por el proceso seguido contra Jesús de Nazaret, al que aún reconociendo su inocencia, lo entrega al infame suplicio de ser clavado en un madero. Esto agradó a los judíos, evitó un levantamiento popular y para confirmar su rechazo a cualquier clase de responsabilidad, efectuó el famoso gesto de lavarse las manos. -Lucas 23:14; Mateo 27:24.
Esteban López
Véase aquí un bello reportaje fotográfico de Cesaréa